Federación de Baloncesto de Madrid

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CD Estudio, "con el baloncesto en las venas"



El Club Deportivo Estudio es una de las grandes canteras del baloncesto madrileño. Fundado el 26 de febrero de 1972, este club, ligado al colegio del mismo nombre, no para de crecer y en la temporada 2010/11 ha alcanza...

C. D. EstudioEl Club Deportivo Estudio es una de las grandes canteras del baloncesto madrileño. Fundado el 26 de febrero de 1972, este club, ligado al colegio del mismo nombre, no para de crecer y en la temporada 2010/11 ha alcanzado los 41 equipos. En total, más de 500 jugadores, casi todos alumnos o ex alumnos del colegio, porque como dice Alberto López, su presidente, "en el Estudio tenemos el baloncesto en las venas".



 

El CD Estudio se encarga de fomentar y organizar el deporte en uno de los centros educativos con más historia de la Comunidad de Madrid. Fundado el 29 de enero de 1940 por Jimena Menéndez Pidal, Ángeles Gasset y Carmen García del Diestro, el colegio Estudio seguía los pasos del Instituto Escuela y de la Institución Libre de Enseñanza, con dos señas de identidad: la educación mixta ­-algo muy habitual ahora, pero llamativo en aquellos tiempos­- y la integración en el proyecto pedagógico del deporte y el contacto con la naturaleza.


Un equipo del Estudio de 1953; el primero por la izquierda es Paco Hernández.


Entrenar a pecho descubierto era costumbre
en el colegio hasta hace pocos años.

Más de cincuenta años después, la práctica deportiva se mantiene como una de las asignaturas más importantes del colegio Estudio, equiparable a cualquier otra e importancia e incluso superior en horario. Como explica Nacho García Veiga, profesor de educación física y gerente del club deportivo, "hasta los trece años, los niños tienen dos horas de educación física al día, una por la mañana y otra por la tarde. A partir de los catorce años tienen una hora y media, y de quince para arriba, una hora, que suele estar en medio del día".

Aunque la filosofía del colegio es la misma desde el comienzo, tuvo un punto de inflexión con la llegada en los años cincuenta de Paco Hernández, quien convirtió esa práctica del deporte, intensiva pero desordenada, en algo mucho más organizado. Paco Hernández, nombre mítico en la historia del Estudio, fallecido en junio de 2005, se decidió enseguida por el baloncesto como deporte estrella del colegio, entre otras cosas por los problemas de espacio. "El baloncesto es el deporte que permite más actividad de equipo en un espacio más reducido", dice Alberto López, presidente del club deportivo. "Donde juegan al fútbol once contra once pueden jugar sesenta al baloncesto", apunta García Veiga.

En los primeros tiempos, incluso antes de que el club deportivo naciera oficialmente, el Estudio comenzó a surtir de jugadores al baloncesto madrileño y nacional. Nombres como Javier y Jesús Codina, este último 81 veces internacional y olímpico en 1960 y 1968­, Chiqui Fuente y Pedro Montilla. Más tarde llegarían Quique Ruiz Paz, David Brabender y José Lasa. Después de conseguir los campeonatos de Madrid y de Castilla, llegó una etapa sin baloncesto, motivada por el 'partido de la congelación'. La leyenda dice que en un encuentro entre los juveniles del Estudio y del Real Madrid, los blancos, con ventaja en el marcador, decidieron no atacar la defensa en zona del Estudio ­-entonces no existía el límite de posesión­- y el partido se 'congeló' como estaba ante la indignación de los espectadores.  Jimena Menéndez Pidal, molesta por el pobre espectáculo, decidió disolver la sección y los jugadores más valiosos del Estudio, como los hermanos Codina, acabaron en el Estudiantes. Incluso Paco Hernández entrenó a los del Ramiro en la temporada 1964/65.


Un equipo femenino con el antiguo uniforme; la imagen es de 1975.

Alberto López fue compañero de estudios de Jesús Codina, tristemente fallecido en 1999. A sus 74 años, los últimos treinta al frente del club deportivo, ha vivido en primera persona toda la historia del Estudio. Como alumno fue testigo de la llegada de Paco Hernández, a quien califica como "el alma mater de todo esto. Cuando llegó revolucionó la gimnasia y el baloncesto masculino. Después vino la que fue su mujer, Tere Vela, y ella cambió la gimnasia y el baloncesto femenino".

Alberto López recuerda los años del colegio en la calle Miguel Ángel de Madrid ­-en 1966 se trasladó a su actual ubicación, en Aravaca, muy cerca del hipódromo de La Zarzuela-: "Paco Hernández era un profesor muy riguroso con un corazón muy grande" " El centro apenas tenía diez años y éramos pocos alumnos. Aspectos como la gimnasia, la vida al aire libre, las excursiones y la observación de la naturaleza ya estaban en el sello del colegio. Había un campo de juego y jugábamos. en realidad a nada. Lo que hizo Paco Hernández fue poner orden en todo eso. ­Era un profesor muy riguroso pero con un corazón muy grande".


Alberto López, actual presidente (izquierda), junto a Paco Hernández en el Día del Club de 1997

A finales de los sesenta, el básquet volvió al colegio y en 1972 se creó el club deportivo, que complementa fuera del horario escolar las horas destinadas a la educación física. El baloncesto, que tiene en la actualidad 41 equipos, más de 500 jugadores -la cuarta parte de los alumnos del centro- y medio centenar de técnicos, se mantiene desde entonces como el deporte estrella pero también hay hueco para el voleibol, la danza, la gimnasia, el kárate, el tenis, la natación o el ajedrez. "Es verdad que dentro del colegio se le da mucha importancia al baloncesto, pero en las horas de educación física también se juega al fútbol o al bádminton", dice Nacho García Veiga.


La fidelidad es una de las claves del Estudio. Los jugadores de 1987 (imagen pequeña) se reunieron 15 años después.

El mayor orgullo del Estudio, además de los títulos colegiales conseguidos en los últimos años, es la continuidad. "Es una actividad voluntaria, nadie les obliga, pero los mismos niños que empiezan con 6 ó 7 años siguen jugando cuando acaban el colegio. "Los niños que empiezan con 6 años siguen jugando después del colegio" Incluso muchos de ellos comienzan con 15 ó 16 años a ayudar a los entrenadores", dice García Veiga. Tanto el gerente como el presidente, ambos antiguos alumnos, reconocen que "todos los que estamos en la junta directiva hemos jugado al baloncesto, cada uno a nuestro nivel".

Más de 40 equipos, medio centenar de jugadores y un objetivo: "Que juegue todo el mundo, que todo el que quiera jugar al baloncesto en este club pueda hacerlo". La selección se hace de forma escalonada: "Los dos primeros años están juntos los alumnos de dos clases. En el tercero, el primero de alevín, se separan los que han destacado más y los que han destacado menos. Se hace así para que los que juegan bien vayan progresando y los que juegan menos bien también tengan la oportunidad de asumir responsabilidades. A nivel personal y técnico viene muy bien, es más formativo", explica Alberto López.


Una imagen del pabellón durante el Torneo de Reyes de 2011.

Como en la época de Paco Hernández, el CD Estudio sigue mirando hacia el futuro. El único límite es el espacio. Las trece canchas del colegio, incluyendo el enorme pabellón inaugurado en 2002, comienzan a quedarse pequeñas. El presidente asegura que "vamos a intentar meter algún equipo más, pero no nos queda mucho más sitio. Hace cinco años éramos 30 ó 32 equipos, pero hemos subido y creo que el límite estará en los 45". Esa progresión contrasta con una época de crisis económica y con la opinión de los responsables de otros clubs sobre el papel secundario del deporte en la sociedad actual. Pero el Estudio nada contracorriente. Alberto López lo explica de manera muy gráfica: "En el Estudio el deporte, y en especial el baloncesto, está en vena. No se puede explicar de otra forma".

Junto a la tradición, una de las claves está en las familias. El presidente comenta que "cuando los niños se incorporan a algún equipo reunimos a los padres y les explicamos qué es esto, que los sábados ya no te puedes ir a ningún lado, que tu hijo ha asumido la responsabilidad de compartir un equipo con sus compañeros y queremos que nos ayuden a cumplirla, que respeten al entrenador y al árbitro. Y les aseguramos que llegará un momento en que el sábado que no tengan partido no sabrán qué hacer".


Un entrenamiento en la actualidad; al fondo, el edificio del pabellón polideportivo.

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