La junta directiva del Villa de Aranjuez es un modelo de integración. Al frente está Teresa Banegas, procedente del Básquet Aranjuez y una de las pocas mujeres que presiden un club de baloncesto en la Comunidad de Madrid; en la vicepresidencia, Rafael Pérez, del SAFA. Junto a ellos, Ángel García Carrasco (SAFA) y Miguel Ángel Terranova (Básquet Aranjuez), quien resume así la fusión culminada el 9 de abril del año 2007: “La idea estaba en las dos partes desde hace tiempo. Ha sido un desarrollo de las diferentes experiencias de baloncesto en Aranjuez que ha tenido como resultado llegar donde estamos ahora”.
El Club Básquet Aranjuez se fundó en 1988, curiosamente también por la fusión de dos clubs: el EISA (Experiencias Industriales, actual Indra), que jugaba en la liga de Educación y Descanso, y el Club Balonmano Aranjuez que contaba con un equipo juvenil de baloncesto. Bajo la dirección de Ramón Asensio y Emilio Villafuertes, en su primera etapa, hubo que superar obstáculos como la falta de instalaciones o los problemas económicos. En la temporada 2000-01 se constituye una Junta Gestora que, bajo la presidencia de Carlos Jiménez primero y de Teresa Banegas después, sanea el club, pone en marcha proyectos como la página web y, en el año 2006, consigue el ascenso del equipo sénior a 1ª Nacional.
El SAFA (del Colegio Sagrada Familia de Aranjuez) también comenzó a practicar el baloncesto en los años ochenta del pasado siglo en las ligas escolares, aunque, como explica Ángel García Carrasco, “con una mayor tradición de baloncesto femenino, ya que el director deportivo, Cristino Ruano, que fue el alma del club, se decantó más por la parte femenina donde teníamos equipos muy fuertes. Por iniciativa de los padres también iniciamos la parte masculina con tres equipos”. La unión entre los éxitos masculinos del Básquet Aranjuez y los femeninos del SAFA dio como resultado una fusión que, con la aprobación y el apoyo del Ayuntamiento ribereño, se decidió “en apenas tres reuniones”.
Aunque la presidenta procede de uno de los clubes, tuvo relación con los dos: “Llegué como la mayoría, a través de mis hijos. En este caso, de mi hija pequeña, que jugó primero en SAFA y después en el Básquet Aranjuez. Yo iba con el equipo a echar una mano, de delegada y cuando la directiva anterior lo dejó, me lo propusieron y acepté”. En opinión de Teresa, la fusión sirvió, además de para aumentar el potencial deportivo, para terminar “con el pique que había entre los dos clubs”.
El SAFA, mayoritariamente femenino, es uno de los pilares con los que creó el Villa de Aranjuez.
El Villa de Aranjuez cuenta con una estructura más sólida que sus antecesores, pero todavía hay problemas. El principal, la falta de entrenadores en el municipio, que ha impedido incluso sacar algún equipo más. “Este año vamos a sacar ocho en lugar de diez, porque el año pasado pagamos muchas multas por no presentar entrenadores y no estamos dispuestos a repetirlo. Si no hay entrenadores que se comprometan para toda la temporada, no sacamos equipo”, asegura Ángel.
“Hay jugadores que no quieren venir porque estamos a 50 kilómetros de Madrid”Este obstáculo tiene relación directa con otro imposible de superar: la distancia. A 47 kilómetros de Madrid, en el extremo sur de la Comunidad, el Villa de Aranjuez tiene que autoabastecerse de jugadores y de técnicos. Ángel explica que “es un hándicap por un doble motivo. Primero el deportivo, porque hay jugadores que se quedan libres pero nos descartan en cuanto ven que tienen que venir a 40 ó 50 kilómetros de sus casas. Y luego el económico. Los clubes que están en Madrid pueden viajar en Metro o autobús. Nosotros tenemos que poner autocares y eso supone un coste espectacular. El año pasado fueron 25.000 euros en transporte. Todo el dinero se nos va en eso”. Miguel Ángel apunta que “a muchos clubes les sorprende que lleguemos en autocar como los equipos grandes, pero tampoco podemos depender de que los padres lleven a los chicos en sus coches porque es un desplazamiento muy largo y puede haber algún problema, incluso accidentes”.
El equipo sénior masculino del Villa de Aranjuez llegó la temporada pasada hasta los cuartos de final en los play-off.
Por eso, porque “tenemos que alimentarnos de lo que hay aquí”, todos los entrenadores y el 90% de los 96 jugadores proceden de Aranjuez. El resto, llega de las localidades de alrededor, algunas de la provincia de Toledo como Seseña y Ontígola, o son jóvenes que estudian en el municipio. “Hemos llegado a tener hasta algún Erasmus belga”. Con los gastos que suponen el transporte y el alquiler de las instalaciones deportivas, el club es amateur. Nadie cobra, y “lo máximo que podemos hacer el poner el autobús y las equipaciones”.
Pero junto a los problemas también están las satisfacciones. La principal viene desde la escuela, con 65 niños, desde los 4 años, repartidos en todas las categorías. Al frente está Manuel Lianes, ex jugador de Real Madrid, Canoe, Fuenlabrada o Toledo y que esta temporada milita en el primer equipo del Villa de Aranjuez. “Da gusto ver la escuela. A Manuel le fichó el Real Madrid siendo cadete. Ha pasado por equipos muy buenos, con entrenadores muy buenos y ver cómo tiene organizada la escuela es todo un espectáculo”, explica Ángel.
Parte de la actual directiva: Manuel González, vocal; Teresa Banegas, presidenta; Miguel Ángel Torrenova, secretario, y Ángel García, tesorero.
La escuela, con Manuel Lianes al frente, es uno de los puntos fuertes del club.
Ángel y Miguel Ángel recuerdan entonces a los pioneros del básquet en Aranjuez, “a esa gente antigua, que tenía una idea romántica del baloncesto”. Y rememoran anécdotas, como el paso por el EISA de Carmelo Suárez, padre del reciente fichaje del Real Madrid Carlos Suárez, y su encuentro con Luis Fernando Bárcenas y su hermano Quique, ex jugador del Estudiantes. “Carmelo era el más grande del pueblo y estaba acostumbrado a arrasar. Pero llegó Quique Bárcenas, más joven, le empezó a mojar la oreja, como se suele decir, y se cogía unos ‘rebotes’…” Ángel compara con cierta nostalgia las dos épocas: “El jugador de baloncesto se ha vuelto cómodo. Ahora se entrena, juega y no quiere saber nada más. En los clubs antiguos había más lazos de unión entre ellos”.
Y del pasado, al presente y al futuro. En el Villa de Aranjuez están acostumbrados a superar obstáculos y afrontan el futuro con prudencia. “Con la crisis que sufrimos, el objetivo es consolidarnos”, dice Miguel Ángel. Pero no renuncian a seguir creciendo. Como apunta Ángel, “para las dimensiones del club y el número de habitantes de Aranjuez, el número ideal sería tener diez equipos. Además, sería importante que el autonómica B subiera a A, o el sub’21, a A1. Del Infantil masculino también esperamos mucho”. La solución, como siempre en Aranjuez, es autoabastecerse: “No tenemos más remedio que hacerlo con gente de aquí. La idea es que la base de la escuela sea sólida y alimente a los equipos superiores”.
El Villa de Aranjuez al completo en una imagen de la pasada temporada.