Federación de Baloncesto de Madrid

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ACTUALIDAD - Protagonistas

"El deporte crea amigos para toda la vida"



Es una de esas personas que desde abajo, desde un colegio, dedican al deporte toda una vida. Porque Fermín Chapinal lleva casi 40 años dedicado a promover la actividad deportiva, especialmente el baloncesto, en el colegio NILE de Fuenlabrada, que ayudó a fundar a mediados de los ochenta. Ejerce su labor docente en el patio, en el polideportivo y en las aulas, ya que enseña Geografía e Historia. Ahora, el 30 de junio, llega el momento de la jubilación, aunque él quiere seguir ayudando. Las obligaciones se acaban, queda la pasión.


Naciste en Rehoyo, un pueblo de Ávila, en 1956, ¿cómo empezaste con el deporte?

 
Yo estudié en La Salle, un colegio religioso, y allí todos los colegios religiosos le daban bastante importancia al deporte. Jugué un poco a todo. Cuando creamos aquí el NILE, la cooperativa, en el curso 85/86 solo teníamos dos canastas de baloncesto, ni porterías ni nada. Ese año ya tuvimos un equipo de baloncesto y al siguente nos hicimos cargo de los deportes dos compañeros y yo.

El colegio comienza como cooperativa y desde el primer momento el deporte es una herramienta fundamental...
 
Desde el principio. Nos llamamos NILE, Nueva Institución Libre de Enseñanza, porque la ILE (Institución Libre de Enseñanza) es una referencia para nosotros y daba muchísima importancia a temas como el deporte o las salidas extraescolares.

En tu opinión, ¿qué aporta el deporte a la vida escolar?
 
Es fundamental. En el deporte se van creando grupos que perviven, que terminan siendo amigos para toda la vida. El deporte aporta muchísimos elementos positivos. Implica disciplina, esfuerzo, solidaridad, compañerismo...

¿Es un complemento necesario a la educación en la aulas?

 
Totalmente. Lo hemos visto en el colegio desde el principio.
 

Empezaste entrenando fútbol, pero llega un momento en que te pasas al baloncesto.
 
Al principio eran los padres... Los equipos los llevaban los padres, y en fútbol había muchos padres pero en baloncesto no. Por eso me pasé al baloncesto, porque hacían falta entrenadores.

Desde entonces siempre has entrenado pequeños.

Sí, siempre. Durante bastante tiempo llevé chicas, los dos años de benjamín, luego alevín, y volvía al principio. Durante dos o tres temporadas entrené a chicos, y luego ya empezamos con la Escuela. Empezó Míchel [Miguel Ángel Vállez] con José y Marta...

¿La Chiquibasket?

Sí, la Chiquibasket. Participamos en las jornadas de babybasket que organiza la federación.

¿Cuál era el objetivo al crear la Chiquibasket?

Es el principio, el fundamento de todo. Antes, en Educación Infantil, también tenemos multideporte. Se trabaja todo, la coordinación, el equilibrio... Al pasar a Primaria es cuando van decidiendo. Algunos van a fútbol, otros a baloncesto, gimnasia rítmica, patinaje o lo que quieran.

¿En estos casi 40 años que llevas en el NILE recuerdas algún momento especial?

En torno al deporte hay muchos. También hay algún marrón, pero sobre todo infinidad de momentos agradables. Al final de temporada durante bastantes años jugábamos la fase autonómica en las categorías infantil y cadete. Los campeones se iban una semana a la sierra. Para mí esos años fuero increíbles. También los torneos de final de temporada, siempre momentos agradables porque es ahí donde culmina todo el trabajo del año.

¿Más que las victorias?

A mí es que lo de las victorias y las derrotas... de vez en cuando viene bien alguna derrota. Y [volviendo a la pregunta anterior] luego está la convivencia con los entrenadores. Todo esto lo he vivido y cuando lo deje siempre recordaré los momentos junto a los entrenadores y los jugadores.

Entre los alumnos del NILE está Antonio Herrera, muy importante en el baloncesto de Fuenlabrada...

Para mí el padre del baloncesto aquí, en el NILE, es Antonio Herrera, que había creado el Club Baloncesto Fuenlabrada femenino, uno de los que luego dio origen al actual club de ACB. Fue el que profesionalizó un poco, por decirlo de alguna manera, el baloncesto en el colegio. Y luego, claro, está Míchel. Primero Antonio y luego Míchel llevaron un equipo femenino federado que duró bastantes años y funcionaba fenomenal.

¿Al final depende la implicación de las personas?

Totalmente. Si no hay gente que se implique, el deporte no existe, y me imagino que en todos los sitios pasará igual.

¿Qué ha cambiado desde que empezaste hasta ahora?

Cuando me hacen esta pregunta recuerdo los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Entonces teníamos un tenista que era un dios o un ciclista, pero a partir de ahí el deporte cambió totalmente, se profesionalizó. Ahora se trabaja con un método y aquí, en el colegio, igual. Con la constitución del club deportivo, en 2014, se trabaja de una manera más estructurada. Hay más organización, todo es más metódico. Antes era un equipo, un entrenador y cada uno iba a su bola. Ahora todos los entrenadores tienen su título, que es  fundamental. Es otra manera de trabajar. No hay que olvidar que estamos trabajando con niños y no puedes hacer con un niño de 6 o 7 años lo mismo que se hace en ACB.

En 2007 recibiste el premio del Patronato de Deportes de Fuenlabrada por tu trabajo en el fomento de la actividad deportiva.

Sí, pero por viejo [risas]... En realidad, tengo dos premios del Patronato porque en el 25 aniversario me dieron otro. Pero es por todos los años que llevo. El colegio participa en cualquier actividad deportiva que se organiza aquí, en Fuenlabrada. Para cualquier iniciativa que tenga el Patronato contacta con nosotros. Siempre estamos ahí.

Compaginas la enseñanza deportiva con la labor en las aulas.

Soy licenciado en Geografía e Historia. Cuando empecé aquí solo teníamos hasta 5º de EGB, fuimos subiendo y luego, no recuerdo en qué año, a los que habíamos dado Educación Física en los últimos años de EGB nos habilitaron para dar la asignatura. Siempre he compaginado las dos: Educación Física en Primaria, y Geografía e Historia en Secundaria.



Como decías antes, el NILE es un habitual de las jornada de babybasket. ¿Qué te parece esta iniciativa de la FBM? ¿Qué aporta?

A mí me encanta. Para mí es la mejor experiencia. Procuro participar al menos en dos al mes porque los niños se lo pasan genial. Que no haya tanteo, jugar por jugar, todos contra todos... Todo el mundo respeta el ambiente del babybasket. Se trata de que los chavales se lo pasen bien y se diviertan, no de ganar.

Estás en los últimos días de trabajo antes de la jubilación...

No, que yo quiero seguir...

¿Seguirás ligado al deporte?

Claro. Y creo que a partir de ahora podré dedicarle más tiempo, porque hace un momento estábamos en la junta de evaluación de primero y segundo de la ESO. Eso se acaba. A partir del próximo curso podré estar un poco más aquí [en la oficina del club deportivo], podré organizar un poco más esto y aportar más cosas. Y disfrutaré aún más...
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