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Laura Quevedo (Madrid, 15-04-1996) empezó en el baloncesto de casualidad, pero con solo 16 años ya juega en el Centros Único Real Canoe de Liga Femenina 2, es campeona de Europa U16 y subcampeona del mundo U17. Su sueño deportivo es alcanzar la selección absoluta y acudir a unos Juegos Olímpicos. Mientras, piensa en el presente y el más cercano es su regreso a las canchas, previsto para finales de enero, tras superar una operación de menisco.
¿Cómo empezaste a jugar al baloncesto?
Tenía 5 años y mi madre me dijo que me apuntase a algún deporte. Fuimos a la Escuela de Coslada, había varios deportes y, al azar, le dije que baloncesto.
¿No había ninguna razón?
Fue porque sí. No me gustaba especialmente el baloncesto, ni mi madre o mi padre habían jugado. Después me enteré que un tío mío sí lo había hecho, como aficionado.
¿Cuál ha sido tu trayectoria desde entonces?
Jugué cinco o seis años en Coslada, y de ahí al Canoe. Este es mi quinto año en el Canoe. En total, más de diez jugando.
Llegaste al baloncesto por azar, pero ¿cuándo te lo empezaste a tomar más en serio?
En benjamín, cuando veo que me empieza a llamar la selección madrileña a las concentraciones de Puerta de Hierro. Piensas que si te han llamado es por algo. A partir de ahí fue pasión por el baloncesto. Todos los días quería ir a entrenar.
Con las selecciones de Madrid fuiste subcampeona de España en minibasket e infantil. ¿No ganar el Campeonato es una espinita clavada?
Las dos veces fue con la generación de 95, en Cádiz, con la mini, y en Cáceres, con la infantil... En 2012, con la cadete 96, tuvimos muy cerca la medalla [acabaron cuartas]. Me dio mucha rabia porque era el último año con las selecciones y con las chicas de mi edad no he conseguido ninguna medalla.
¿Cuáles son los mejores recuerdos de los campeonatos?
El primero, el de mini, fue el que más me marcó. Fue el más especial, te engancha mucho, te lo pasas muy bien y conoces a mucha gente. Todavía me acuerdo.
Casi desde el principio has jugado con chicas mayores que tú...
Si, siempre. Incluso cuando pasé de la escuela al Coslada directamente me pasaron con la generación del 94, dos años más. Solo hubo un par de años en que jugué con mi edad, pero cuando llegué al Canoe siempre con uno o dos más... Y ahora en el senior, con muchos años más...
¿Y eso ayuda a crecer?
Sí, mucho... Incluso de pequeña se aprende un montón
Mejor jugadora de la fase final cadete de Madrid en 2011, junto a Juan Martín Caño.
¿Cómo fue el salto al equipo de Liga Femenina 2 con solo 15 años?
Cuando me lo dijo Juan [Díniz] pensé: ¿Pero qué hago yo con tías de 30 años?... Al principio noté la diferencia, pero cuando terminó la temporada ya me sentía como una más. En Liga Femenina 2 es donde más he aprendido. Cuando he bajado a junior después he notado la diferencia. La experiencia, la picardía o la entereza que te da jugar en Liga 2 se nota, porque en junior la mayoría de las jugadoras no la tienen.
¿Hay algún entrenador especial en estos diez años de baloncesto?
Sí, Alfonso [González], en Coslada, y Pablo [Roldán], en el Canoe.
¿Y alguna jugadora de referencia?
Amaya Valdemoro vino a vernos a una final en alevín con el Coslada, y desde ese momento me quedé con Amaya. También estuvo con nosotras el verano pasado en Amsterdam, en el Mundial U17.
Después de diez años, ¿qué te ha enseñado el baloncesto?
No sé... Todos los recuerdos que tengo son de baloncesto. Toda mi vida ha pasado alrededor del baloncesto, he madurado con él y todo lo que me ha pasado ha sido gracias a él. Sobre todo me ha ayudado a crecer.
¿Cuál es el mejor momento que recuerdas?
El Europeo U16 de este año, sin duda. Fue con mi generación. Habíamos estado en torneos anteriores y siempre habíamos perdido. En el Europeo sacamos nuestro orgullo y ganarlo fue una buena revancha.
¿Y el peor?
Con la selección madrileña cadete en Córdoba, cuando estaba con la generación del 95. Descendimos, y descender con Madrid fue un golpe muy duro.
Volviendo al Europeo, el pasado verano oro y plata con las selecciones, pero te quedaste sin vacaciones... ¿El baloncesto también supone sacrificios?
Sí. No tuve vacaciones, pero lo disfruté un montón con el baloncesto. No me importa, porque va a ser difícil que vuelva a pasar algo parecido, ganar un Europeo y una medalla en un Mundial, aunque sí es verdad que a veces me gustaría tener más tiempo para mí. Eso se nota también a diario.
¿Cómo es tu día a día?
Voy a colegio [estudia 1º de Bachillerato] y cuando llego, como y elijo: o me echo la siesta o estudio. Después me voy a entrenar hasta las nueve y media de la noche y si no he estudiado, estudio por la noche, a partir de las once. Esto último es lo que suelo hacer porque para el entrenamiento me viene bien dormir antes de entrenar y estudiar por la noche.
¿Y los fines de semana?
El sábado, partido y el domingo o estudio o salgo. Generalmente estudio porque el domingo hasta la hora de comer lo uso para dormir.
¿Y tus padres que dicen del baloncesto?
Están encantados, me traen a entrenar y me siguen a todos los sitios, igual que mi hermana. También es un esfuerzo para ellos.
Con solo 16 años, en Liga Femenina 2, campeona de Europa... ¿cuál es el secreto?
Entrenar mucho. El año pasado, cuando se acabó la temporada, estuve entrenando el mes entero con Pablo. El secreto es entrenar, entrenar y entrenar. Es duro, pero luego llegan los resultados.
En la última fase final junior, disputada en el Cerro del Telégrafo.
¿Cuál es tu meta en el baloncesto?
Mi sueño es llegar a la selección absoluta y jugar unos Juegos Olímpicos, pero está muy lejos. Más cerca están la fase de ascenso a Liga Femenina y el Campeonato de España con el junior
¿Llegar a vivir del baloncesto es complicado?
Me gustaría, pero teniendo mi carrera. Quiero sacarme una ingeniería matemática, que ahora mismo es lo que más me gusta. Si puedo vivir del baloncesto, muy bien, pero es muy difícil, sobre todo en el femenino.
Hablábamos del secreto para llegar arriba, pero ¿cuál es el secreto para compaginar el baloncesto y los estudios?
Ese me gustaría saberlo...(risas), sobre todo quitarte muchas horas de sueño y de ocio.
