Federación de Baloncesto de Madrid

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EN JUEGO - FBM - Preferente

El Fuenlabrada cadete vence desde la defensa



Nunca un marcador tan bajo (44-50) escondió tanta intensidad y emoción. El Fuenlabrada cadete repitió victoria ante el Baloncesto Torrelodones (en El Arroyo se impuso por 65-58) gracias a su trabajo defensivo, en especial en el segundo cuarto, cuando cobró una ligera ventaja que supo aguantar en el resto del partido. Un encuentro de pocos puntos, pero rápido, intenso y emocionante hasta el final por las escasas diferencias. El bloque fuenlabreño, con tres jugadores en 12 puntos, pudo con el poder bajo los aros del local Youssouf Traoré, que terminó con 17.

Baloncesto Torrelodones A 44 (12+8+13+12):
Ángel Castellanos (8), Miguel Avilés (5), Youssouf Traoré (17), Gonzalo Losada (3), Ignacio Cabrera (5) -cinco incial- Miguel Segovia (4), David Manuel García, Rodrigo Pérez, Rodrigo López, Pablo Choithramani, Makar Voronin y Jorge Soriano (2).

CB Fuenlabrada A 50 (11+20+7+12): Jorge Oliva (12), Rodrigo Díaz (8), Guillermo Caldas (2), Javier Becerra (12), Pedro Udina (1) -cinco inicial- Jaime González (1), Mario Vaquerizo, Pablo Vila (12), Destiny Osasu Iyoha y Alejandro Hernández (2).

Árbitros:
Marta y Domínguez.

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Tras caer en la primera jornada, en un partido que además dejó dos importantes bajas (Makar Voronin y Go Corrochano) el Baloncesto Torrelodones salió dispuesto a llevarse la revancha. Lo demostró con una fuerte defensa, que abortó el primer ataque fuenlabreño, y con la falta que sacó Youssouf Traoré (aunque no aprovechó los tiros libres). Los primeros ataques no entraron, ni siquiera los tiros libres de Guillermo Caldas, hasta que, a los dos minutos y medio, Jorge Oliva abrió por fin el marcador. El balón tampoco entró, pero Traoré interrumpió su trayectoria descendente. Lo importante es que en ese momento se abrió por fin el partido, en especial para un Torrelodones que encadenó dos triples seguidos de Miguel Avilés y Ángel Castellanos (8-4 a 5:57). Eso sí, poco después llegó la respuesta de Rodrigo Díaz. El primer cuarto continuó a fuego vivo, con carreras de un lado a otro de la cancha, marcador igualado (8-8, 10-10, 12-11...) y espectáculo, como el tremendo mate a una mano de Traoré (en la imagen).


Ignacio Cabrera amplió la ventaja local nada más comenzar el segundo. Bien formados en defensa, los torresanos intentaban cerrar la puerta al Fuenlabrada, pero Pablo Vila encontró pronto la llave con ocho puntos consecutivos (entre ellos, dos triples). A 6:57 para el descanso, el marcador estaba en 17-19... y ahí llegó la escapada visitante. Primero de la mano de Jorge Oliva, con un triple y un rebote ofensivo (17-24), y después con una gran defensa, encadenando un robo tras otro. El Fuenlabrada aprovechó su momento y llegó a ponerse catorce arriba (17-31), aunque los locales recortaron dos puntos antes del descanso.


El Baloncesto Torrelodones intentó meter una marcha más en el tercer periodo, sobre todo en defensa. Castellanos confirmó esa recuperación con el 21-31 y Cabrera rompió la barrera de los diez. El Fuenlabrada lo intentaba desde lejos, sin suerte. Solo las faltas jugaban a su favor, aunque Traoré, con tres, se mantuvo en pista, arañó el rebote que llevó al 24-31 y, poco después, firmó el 26-31. Paso a paso, el Baloncesto Torrelodones recortaba distancias, pero el Fuenla supo reaccionar a tiempo y, a 3:17, habían vuelto los diez: 26-36. Vuelta a empezar para los locales, que encadenaron un parcial de 6-0, aunque la canasta de Vila sobre la bocina dejó el marcador del tercer cuarto en 32-38. La intensidad creció en el último porque los locales continuaban apretando. Castellanos, con cuatro faltas, volvió a la pista, y Traoré anotó bajo el aro el 34-38 (a 7:30). Eso sí, poco después cometió la cuarta falta ante Javier Becerra. A cinco minutos para el final, tras el triple de Gonzalo Losada, el marcador estaba en 38-43... y a dos minutos, Miguel Segovia dejó a su equipo a solo tres puntos: 42-45. Sin embargo, Becerra forzó el 2+1 que valió tres puntos y, más importante, supuso la quinta falta de Traoré. Fue la jugada decisiva, la que inclinó un partido que se remató con un contraataque de Oliva.

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