Federación de Baloncesto de Madrid

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EN JUEGO - Internacionales

El oro del trabajo y el corazón



El oro de la selección que ha vencido a todos sus rivales en Pekín, de los que lograron la clasificación en las ventanas, de una filosofía de trabajo, de los que entrenan día a día en los clubs y colegios de toda España... La selección masculina conquistó en Pekín el segundo título mundial de su historia, 13 años después de Saitama, y lo hizo a lo grande, con un 75-95 sobre Argentina después de mandar en el marcador durante todo el partido. Ricky Rubio acabó como MVP y compartió quinteto ideal con Marc Gasol. ¡Grandes! Fotos: FEB.

Estadísticas del partido (FIBA)


Era una final entre dos equipos de raza, y España la mostró desde el principio, con un 0-7 de salida y un 2-12 a los tres minutos y medio. Todos ayudaban, todos aportaban... como siempre, y Pierre Oriola (el plan sorpresa de Sergio Scariolo para vigilar a Luis Scola) hizo el 2-14. Un gran comienzo, pero solo eso, porque Nicolás Brussino acortó distancias con dos triples consecutivos acumulando los ocho puntos de su equipo hasta ese momento. Argentina entraba en el partido, aún más con la canasta de Facundo Campazzo y el 2+1 de Gabriel Deck (parcial de 11-0). Era el momento de las rotaciones, de demostrar la calidad de la plantilla, y de arriesgar, como hizo Pau Ribas con un triple. El mate de Willy Hernangómez culminando una gran transición elevó la ventaja española hasta ocho puntos: 13-21. Y Sergio Llull puso el 14-23 con que terminó el primer cuarto.

La vigilancia a Scola daba como resultado que el legendario pívot argentino estuviera inédito en el apartado anotador. En el otro extremo, un triple de Rudy Fernández supuso el 14-26 y el reverso de Willy Hernangómez el +14. Rudy prolongó el bombardeo antes de que Nicolás Laprovittola (su nuevo compañero en el Real Madrid) diera oxígeno a una selección argentina que no estaba dispuesta a ceder tan pronto. Laprovittola tiró de su equipo y España aceptó el órdago: canasta por canasta... La selección seguía por delante (23-35 a 4:14), aunque con los argentinos recortando poco a poco (29-37 a 2:20). Porque el partido era muy largo. Por eso el 31-43 del descanso era un buen síntoma pero aún no decidía nada.

De hecho, Argentina recortó dos puntos nada más empezar la segunda mitad. Pero España seguía imponiendo su juego colectivo, como en el rebote que culminó Ricky Rubio (33-47) o en las asistencias de Ricky a Marc Gasol primero y a Juancho Hernangómez después (33-52). La diferencia no solo estaba en el marcador, también, y sobre todo, en la cancha, con una superioridad que se reflejaba en todos los ataques. España llegó a ponerse en +22 (33-55) antes del arranque de rabia argentino con seis puntos seguidos que provocaron el tiempo muerto de Sergio Scariolo.

La respuesta no pudo ser mejor y España mantuvo su renta (39-60 a 3:30). Los primeros puntos de Scola, desde los tiros libres, apenas cambiaron nada porque la selección anotaba en casi todos sus ataques. A falta del último cuarto, la renta era de 19 puntos: 47-66. Willy Hernangómez frenó el primer intento de remontada de Argentina y Scariolo el segundo (54-68) con un tiempo muerto. Los albicelestes continuaron insistiendo y el MVP Ricky tiró de galones. Cuando Argentina se puso a doce, Llull hizo un 2+1... y después llegó el triple de Juancho.  España respondía como lo que es, como un EQUIPO en mayúsculas. El mate de Gabriel Deck (66-78) a falta de cinco minutos dio algo de incertidumbre, igual que las quintas faltas de Juancho y Ribas, pero España aguantó con firmeza (70-84 a tres minutos para el final y en los últimos instantes voló hacia el oro mundial con minutos para los menos habituales, Quino Colom, Javi Beirán y Xavi Rabaseda. Porque el oro de Pekín es el oro de todos.

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