NOTA DE PRENSA CD LA PAZ
Fotos: Rocío Benitez
Tiempo después, fue el párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de La Paz quien se puso en contacto con Luis. Como explica Ana, el párroco, José Manuel Román, estaba preocupado por las pocas actividades de ocio sano que había para los jóvenes en los años 80 en Parla. Y así nació el Centro Juvenil La Paz. Y en estos 40 años, a aquellos pioneros se sumaron otros muchos, todos bajo el lema común que llevan los jugadores en sus camisetas: "Creer en personas, crear un futuro". Un lema que resume la esencia que hace diferente al Club Deportivo La Paz.
Tras el discurso de la presidenta, un estupendo video puso imágenes a estos 40 años. Desde las fotos descoloridas por el paso del tiempo de hace 40, 35, 30 años.a las nuevas, donde -entre sonrisas y alguna carcajada- vimos a algunos de los actuales jugadores cuando apenas despegaban un metro del suelo. Y también de la labor social de este club, como la participación en la recogida de alimentos en supermercados para los que más lo necesitan.
También el club quiso entregar un reconocimiento especial a las instituciones que han ayudado a La Paz a ser lo que es hoy: al ayuntamiento de Parla, que recogió el propio alcalde, Ramón Jurado, presente en la gala junto a otros miembros de la corporación; a la Federación de Baloncesto de Madrid; por supuesto, a la Parroquia de Nuestra Señora de La Paz; y a los clubes Leganés y Las Rozas, cuya colaboración y apoyo mutuo ha sido imprescindible en los últimos años.
Seguramente el momento más emocionante de la tarde llegó cuando la presidenta del club proclamó el nombramiento de Presidenta de Honor a Aurora Rodríguez, su madre, la mujer de Luis Otero. Como ocurre muchas veces en la historia siempre hay alguien oculto pero imprescindible. Que huye del protagonismo, pero sin el que nada saldría bien. Y esa es Aurora, que acogió la ovación de la sala emocionada mientras recibía la medalla que la distingue como presidenta de Honor. Solo quiso decir "gracias"... y pedirle al alcalde que el próximo polideportivo lleve el nombre de Luis Otero.
Y hubo más emoción, con la entrega de medallas: la que recibieron dos grandes amigos de Luis Otero, José Granados y Luis García, que le apoyaron en todo el crecimiento del club. La de José María Uxó, "Poche", el párroco de La Paz que cuando aún era un chaval estuvo, y ahora sigue, siempre cerca.
Y para Félix de la Cruz, que fue jugador, primero, y entrenador después. Y para Antonio Cáceres, por su entrega absolutamente desinteresada, cuya emoción por recibir la medalla continuó ya acabada la gala. Y para quien hizo de auxiliar de mesa en cientos de partidos, enseñando a todos: Francisco Alarcón, ya fallecido, cuya medalla recogieron sus hijos. Y para Alberto Álvarez, Fernando Ruiz y Francisco Antoranz, por ser siempre capaces de ayudar al CD La Paz dejando a un lado por un momento sus responsabilidades personales y profesionales.
Y más emoción, mucha más: la que expresó en su discurso Álvaro Teno de su tío, Luis Manuel, al retirar la camiseta con su número 5. Habló del orgullo de llevar ese número, de lo que ha sentido siempre con él en la espalda, de su evolución de jugador a entrenador y de su evolución como persona. Álvaro habló con el corazón, como siempre hace en todo lo que hace.
Llegó el tiempo del presente, de entregar insignias a los jugadores actuales del club, en función del número de años que llevan. Como ocurre muchas veces, algunos ya están asumiendo funciones de entrenador, de preparador en la Escuela con los más pequeños, colaboran en la organización del club. Así ha sido durante 40 años y así seguirá. La insignia de Oro la recibieron Michael Romero y Roger Perico.
Y así iba a terminar la gala. pero había una sorpresa. Una sorpresa, como dijeron Ana y Álvaro, para reconocer la labor incansable de Tomás. Destacó Ana que por su trayectoria y experiencia en el baloncesto podría estar en un club "grande". Destacó el esfuerzo que hace cada día para venir desde el centro de Madrid hasta Parla. El abrazo con ella y con Álvaro y sus palabras, improvisadas por no esperarse ese regalo, fueron también de agradecimiento y emoción. Porque en La Paz, dijo, ha encontrado un sitio en el que trabajar con un objetivo que va mucho más allá de ganar -o no- partidos de baloncesto.
Cuarenta años, y la vida sigue. Vamos a por el medio siglo. El fin de semana que viene, el XXXIII Memorial Luis Manuel Otero. Y después, empieza la competición.