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Como hace un año en Málaga, el Real Madrid conquistó en Gran Canaria la Copa del Rey y la Minicopa. La Copa (la número 25 de su historia y la tercera en los últimos cuatro años), al vencer al eterno rival, el FC Barcelona, por 71-77 tras una final extremadamente igualada. Rudy Fernández recibió el trofeo al MVP. En la Minicopa, la superioridad blanca fue mayor y el equipo infantil dirigido por Gabriel Álvaro superó al Unicaja Málaga por 60-83 con un papel estelar del británico Kareem Queeley, invitado para el torneo y premiado con el MVP gracias a sus 36 puntos y 13 rebotes para 43 de valoración. (Fotos: ACB.com).
COPA DEL REY. FC Barcelona 71 - Real Madrid 77
La final de la Copa fue un partido igualado hasta el extremo, sobre todo en su primera mitad. La máxima ventaja en el primer cuarto fue un +4 para el Madrid (11-15), aunque ese primer asalto se lo llevó el Barcelona por 21-18. En el segundo, más de lo mismo, con mínimas diferencias y un intento de escapada del Barça (37-31, 42-35...) abortado por Marcus Slaughter, con un mate, y por Rudy Fernández, este último a la postre MVP de la Copa, para llegar al 42-41 al descanso.
El rey Felipe VI entregó a Rudy Fernández el trofeo al MVP, el tercero de su carrera.
El partido comenzó a romperse en el tercer periodo. Cuando el Barcelona intentaba escaparse de nuevo (52-47), llegó un parcial de 1-10 (incluidos los triples de Rudy y Nocioni) que dio al Real Madrid la iniciativa (53-57), ya para siempre. El Barça rozó la remontada con un parcial de 6-0 nada más comenzar el último periodo (63-64), pero ahí estaban primero Pablo Laso para parar el crono y después Maciulis y el Chacho Rodríguez para devolver la ventaja. Xavi Pascual recurrió a Juan Carlos Navarro, pero no fue suficiente. Tampoco los 40 de valoración de un Ante Tomic crecido, como siempre que juega ante su exequipo. La sangre fría de Felipe Reyes, el MVP Rudy Fernández y la bandeja de Sergio Rodríguez a 7 segundos para el final le dieron al Real Madrid la 25ª Copa del Rey de su historia.
MINICOPA. Unicaja 60 - Real Madrid 83
Con jugadores que marcan la diferencia, como Usman Garuba o el invitado Kareem Queeley, y una gran fase de grupos como aval, el Real Madrid partía como favorito para conquistar su tercera Minicopa consecutiva. Pero había que jugar la final, y enfrente estaba un Unicaja con talentos de la talla de Francisco Montiel, Lucas Muñoz y Gody Nnaemeka. Las cosas empezaron bien para los blancos con la primera canasta, un triple de Jorge Mejías, y continuaron mejor con un parcial de salida de 0-7. La pareja formada por Garuba (por dentro) y Queeley (por fuera) era demasiado para el Unicaja, que intentaba resistir a base del tiro exterior y de velocidad, como en el 7-13 de Gonzalo Hernández. Eso sí, el Madrid, y en especial, un desatado Queeley marcaba el ritmo del encuentro como quedó claro con el 12-24 del primer cuarto y con el mate del británico que abrió el segundo. El Madrid se mantenía diez arriba (18-29 a 5:57) y abortaba los intentos de reacción de su rival en un periodo marcado por el intercambio de canastas. El Unicaja, liderado por un gran Lucas Muñoz, no se daba por vencido, pero ahí estaban la penetración de Jorge Viejo (23-34) y el triple de Queeley (26-39). El espectacular segundo cuarto desembocó en un 32-44 al descanso tras cinco puntos consecutivos de Jorge Viejo.
Kareem Queeley recibe el galardón como MVP de la final.
La diferencia, ligeramente por encima de los diez puntos, se mantuvo igual en los primeros minutos del tercer periodo, con el Madrid intentando romper el partido ante un Unicaja que resistía desde fuera. El mejor ejemplo fue el triple de Montiel: 37-49. Los malagueños llegaron a traspasar la frontera de los diez (42-51, 46-53...) ante un Real Madrid que, a pesar de marchar todo el partido por delante, no podía permitirse un momento de relajación, como demostró el 46-53 a falta de diez minutos. Ya en la recta final, el técnico del Unicaja, Manuel Bazán, arriesgó con Gody en pista a pesar de sus cuatro faltas, pero poco después el que cometió la cuarta fue Lucas Muñoz. Y ese hándicap coincidió con un nuevo empujón del Madrid, triple incluido de Queeley, que se marchó hasta 48-64 con ocho minutos por delante. Fue el comienzo de la escapada definitiva. El Madrid llegó a los veinte de ventaja (52-72) cuando aún quedaban tres minutos y se impuso por 60-83.
